La comunicación y el conocimiento
del otro, antes de establecer relaciones de cara a una vida ,es fundamental tal
y como siempre lo ha sido, pero hoy día aún más, puesto que la igualdad en
derechos y obligaciones que se establece como base hoy día en el seno de la
Pareja, hará que nada esté preestablecido sino más bien en el respeto al otro
en todas las dimensiones de la persona.
El respeto al otro es
consecuencia del conocimiento del otro, no sólo del conocimiento que se
estableció cuando se conocieron, sino en la evolución de la persona y de su
personalidad a lo largo del tiempo. Establecemos como base que las personas
evolucionan y no son las mismas a lo largo del paso del tiempo.
Partimos de la base de que en una
relación de pareja hay tres vidas: la vida de uno, la vida del otro y la vida
que tienen en común.
Y las vidas particulares de cada uno
han de ser negociadas, aceptadas y respetadas por el otro. Es el tema de la
confianza y entramos en el tema del respeto al territorio particular de cada
uno. La territorialidad es importante a tener en cuenta y facilitara una mejor
convivencia, además de evitar incomodidades que puedan desembocar en considerar
al otro como un "intruso" en nuestra vida en vez de un compañero
solidario o un aliado. Tiene que ver con el respeto al otro del que hablábamos
antes, pero tiene sus matices de los que hablaremos en el artículo sobre
territorialidad.
LA PAREJA:TIPOS DE RELACIONES
- cariño:Se relaciona con el sentimiento de intimidad.Este tipo de relación es la que se da entre amigos, familiares...etc. Necesita de más componentes para considerarse una relación de pareja.
- Entusiasmo:Se relaciona con la pasión. Como la palabra indica, puede ser un sentimiento fuerte pero frágil. Embriaga en un primer momento pero está expuesto a desaparecer en cualquier momento si no surgen otro tipo de cosas.
- Amor de compañeros:Es el sentimiento de intimidad sumado al de decisión de compromiso. La pasión no existe, pero puede desarrollarse. Si no es así, la relación es la que podría darse entre dos buenos amigos, por lo que una tercera persona que provocase pasión en uno de los miembros podría acabar con este tipo de relación de pareja
- Amor romántico:Es la intimidad más la pasión.Dos elementos importantes están presentes, pero si no hay decisión de proseguir con la relación, no hay un compromiso para el futuro, las posibilidades de que la relación continúe son inciertas.
- Amor apasionado:Es la pasión sumada a la decisión y compromiso. La pasión está sujeta a variaciones, por lo que en los momentos en los que desaparece, se necesita de la intimidad para satisfacer las necesidades personales más importantes. Si no se encuentra en estos momentos, es muy difícil que quede algo que nos una de una forma personal a nuestra pareja. Este tipo de amor se confunde frecuentemente con el amor consumado.
- Amor consumado:Se trata de la suma de los tres elementos: intimidad más pasión más la decisión y compromiso. Toda la gente desea este tipo de relación, pero es frecuente que se confunda el apasionamiento con el amor y que se de una falta de intimidad. Este tipo de relaciones puede acabarse cuando la pasión desaparece y no puede volver a regenerarse debido a esta falta de intimidad, se habría estado en un amor apasionado. Es importante analizar si realmente existe esa intimidad para saber si el amor es consumado.
LA PAREJA:CRISIS DE PAREJA
Es bien sabido que todas las
parejas, aunque tengan una relación muy sólida, son susceptibles de pasar por
momentos de crisis.
1. Los comienzos
Cuando una pareja comienza, cada uno
trata de conquistar continuamente al otro, se hacen cumplidos, no se exigen,
siempre están dispuestos a dar, nace un amor que en principio no necesita
esfuerzo, es un amor entusiasmado, es el principio del enamoramiento.
Pero toda pareja tiene que
evolucionar y transformar ese amor inicial en un amor maduro y sólido, en caso
contrario podría llegar a desaparecer.
2. Crisis de los primeros años
Esta crisis se produce en
el periodo de tiempo en el que se está formando la estabilidad de la pareja y
comprende los primeros años de convivencia, donde se tienen que adaptar el uno
al otro, cada uno tiene costumbres y hábitos diferentes, se renuncia a un
estilo de vida, para comenzar un proyecto de vida en común que parte del amor y
de la ilusión.
Uno de los conflictos más frecuentes
que encontramos en esta etapa es, cuando en la pareja uno quiere imponerse al
otro, imponer su forma de hacer y de organizar la vida en común, lo normal es
que el otro no esté dispuesto a ser sometido, generando los primeros conflictos
de adaptación.
Encontrar un equilibrio y una buena
comunicación es fundamental para salir de esta crisis.
3. Crisis en la mitad de la
vida
Se hace un balance sobre la propia
vida, sobre lo que somos y lo que queríamos ser, se recuerda aquello a lo que
se renunció para formar la pareja y en cierta manera se echa de menos aquella
etapa en la que no existían ataduras, pueden surgir los reproches y descargar
en la pareja el sentimiento de frustración al no conseguir las metas previstas.
Esta crisis surge también en
aquellas parejas que se han dejado llevar por la rutina, la convivencia se
convierte monótona y el aburrimiento empieza a formar parte de sus vidas.
Esto, junto con el deseo de
recuperar una etapa perdida, puede dar lugar a la infidelidad en aquellas
parejas que no tienen una relación sólida y en las que no ha existido una lucha
por vencer los obstáculos que presenta la vida de pareja, tales como la rutina.
La vida de pareja es muy compleja y
requiere de un gran esfuerzo y dedicación, y es precisamente en esta etapa
cuando más atentos hay que estar con nuestra pareja, demostrarle amor y hacerle
sentir feliz es fundamental para superar cualquier crisis
4. Crisis de la vejez
Las parejas que han sabido
solucionar realmente todos los problemas y las contrariedades que les ha
presentado la vida, cuando llegan a esta etapa se unen más estrechamente, se
apoyan y ayudan mutuamente, surge un reencuentro entre ellos.
En esta etapa disponen de más tiempo
libre, ya no trabajan y los hijos se han ido del hogar, en definitiva tienen
una vida menos activa que les permite estar más tiempo juntos.
Sin embargo en parejas que en su
trayectoria no han sabido solucionar los conflictos que les ha deparado la vida
llegan a la vejez con resentimiento, con la sensación de una vida malgastada.
La jubilación y la salida de los
hijos del hogar produce un vacío que puede dar lugar a una crisis en la pareja,
se distancian cada vez más y empiezan a ignorarse.
5. Cómo salir de las crisis
Cuando la relación de pareja
entra en crisis, se deben poner todos los medios para salir de ella, hay que
identificar el problema y poner soluciones.
- Evita reproches
Evitando todo tipo de reproches y
ofensas incluso en las grandes discusiones donde se puede herir aún más por el
propio acaloramiento de la discusión y la falta de control.
- Reconciliación
Después de un enfado la
reconciliación debe llegar pronto, no hay que tener miedo a las discusiones
siempre que no ocurran con demasiada frecuencia y no se falte el respeto en
ningún momento.
- Dialogar
Saber decir las cosas, saber callar
en determinados momentos y rectificar cuando estamos equivocados, es
fundamental para superar cualquier crisis.
- Aceptar a la pareja tal y como es, sin intentar cambiarla.
Las primeras consecuencias de una
ruptura son generalmente peores de lo que la pareja se espera cuando toma la
decisión.
Tanto la felicidad, como la
autoestima, como el estado financiero se ven profundamente afectados.
El daño es mayor aún si se llegaron
a compartir diferentes compromisos (propiedades, amistades y, sobre todo,
hijos) y el nivel de intimidad era muy alto. Este mayor malestar al esperado se
debe a dos motivos principalmente.
Motivos del malestar
Antes de la ruptura la pareja está
preocupada por qué es lo que falta en la pareja, se centra en observar lo
negativo y las necesidades que no están cubiertas, pero sólo a raíz de la
separación son conscientes de que existían otras muchas necesidades que si
estaban satisfechas y a las que no prestaban atención. En este momento es en el
que se toma conciencia de que se echan en falta ese tipo de satisfacciones o
beneficios.
El paso del tiempo crea una
dependencia emocional entre las dos personas que integran una pareja de la que
ni siquiera son conscientes, por lo menos hasta el grado en el que llegan a
serlo después de la separación. En el caso de una ruptura traumática deben
enfrentarse al rechazo, mientras que si ésta ha sido amistosa, surgen los
sentimientos de arrepentimiento y las dudas. Esa corriente emocional persiste
por muy desagradable que haya sido la relación.
Parejas de corta duración
Dar fin a una relación íntima es
doloroso en cualquier caso, pero está demostrado que el hacerlo antes de
llevarse a cabo el matrimonio es menos problemático.
Las parejas que rompen y no están
casadas tienen una serie de características frente a las que permanecen juntas:
presentan más diferencias en sus aspiraciones educativas, en su edad,
inteligencia y atractivo físico, además una de las partes tendía a estar más
enamorada de la otra frente a el mayor equilibrio existente en las parejas que
permanecían juntas.
Una fuente de problemas que puede
detonar la ruptura es la diferencia respecto a los planes para el futuro
(cambiar de vivienda, dónde pasar las vacaciones…).
En este tipo de relaciones el deseo
de ruptura casi nunca es mutuo y suelen tomarlo las mujeres, que son más
capaces de tomar esta decisión aunque sean la parte más comprometida y que
también aceptan mejor el ser rechazadas por sus parejas cuando éstas lo hacen.
Su mayor aprendizaje en el terreno emocional puede que sea la causa de estar
más preparadas para este tipo de dificultades.
- Parejas estables
En este caso el divorcio provoca una
gran confusión. La situación financiera ha de cambiar, la residencia también
(al menos para uno de ellos), se ha de acordar cómo se solucionará el problema
de la potestad de los hijos en el caso en que se tengan…etc. Por eso el año el
año posterior al divorcio es el de mayor declive emocional tanto para los
padres como para los hijos.
Aunque el incremento del divorcio
está comprobado, sigue siendo una decisión que no se toma a la ligera Aún así,
existen ciertos factores que lo facilitan incrementando las estadísticas: la
mayor independencia económica de las mujeres, el menor estigma social, la
disminución de los obstáculos legales…en definitiva, las alternativas al
divorcio son mayores y más viables para la mayoría de la gente.
También en este tipo de relaciones
son las mujeres las que más toman la iniciativa para la ruptura. Suelen
sobrellevar mejor la tensión emocional porque al ser las que lo proponen no se
sienten tan rechazadas como el hombre
Otros factores importantes que
facilitan el paso por esta etapa, es la existencia de una red de amigos y
familiares que puedan ayudar, el buen estado financiero, una situación
aceptable de los hijos y la existencia de un amante, aunque éste sólo sea una
persona de paso.
LA PAREJA: EL VALOR DE PERDONAR
Este es, sin duda, uno de los temas
duros de la vida. A su alrededor se han creado catedrales de malentendidos y no
pocas enfermedades asociadas a la necesidad de continuar siendo víctimas de
quienes nos han herido.
Perdonar es la experiencia de paz y
comprensión que se siente en el presente. Se perdona al confrontar las reglas
rígidas que uno(a) ha trazado
para el comportamiento de los demás,
y al enfocar la atención en las cosas
buenas de la vida, no en las malas.
Perdonar no significa olvidar o
negar las cosas dolorosas ocurridas.
Perdonar es la poderosa afirmación
de que las cosas malas no arruinarán nuestro presente, aun cuando hayan
arruinado nuestro pasado.
Hay tres componentes principales que
motivan la creación de largos y dolorosos resentimientos:
* Tomar la ofensa exageradamente
personal
* Culpar al ofensor por nuestros
sentimientos
* Crear una historia de rencor
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